D isclaimer nº1 : Reconozco abiertamente que los policías municipales, locales, guardías urbanos, o comoquiera que se llamen según la ciudad, no son santos de mi devoción. Reconozco que es una aversión irracional y una generalización seguramente injusta, que pagan justo por pecadores y que confundo el todo por la parte.
Pero qué queréis que os diga, uno es humano y a veces cae también en tentaciones fruto del pathos . Quizás sea porque vi cómo los dos tipos más mafiosos, broncos y antisociales del recreo -esos que le quitaban la merienda a los niños más pequeños- terminaban convirtiéndose en municipales. Y no me lo invento, es lo que pasó con un par de pájaros de mi colegio. Palabra del boy scout que mis padres nunca me dejaron ser.
Quizás sea por una mera constatación empírica de que el síndrome de portero de discoteca se multiplica hasta límites insospechables cuando le das a alguien la posibilidad de multar. Es decir, cuando pones en mano de estas personas el monopolio de la coacción, que es exclusiva del Estado y que no es sino una forma suave de llamar a lo que viene siendo el uso legítimo de la violencia.
O quizás sea porque nunca han acudido a tiempo cuando les he necesitado, cuando no directamente escurrir el bulto como también viví en alguna ocasión. Pero insisto, sé que es juzgar a todo un conjunto de personas por el comportamiento de unos ¿cuantos? Pero es mi opinión.
Disclaimer nº2 : Reconozco abiertamente que esta gente han multado hoy a mi mujer, en un control rutinario de recaudación cuando iba camino del colegio en torno a las 17:00 a recoger a las niñas. Han ido rutinariamente buscando algún motivo para multar: control de alcoholemia, control del carnet de conducir, control del seguro del coche, control de la ITV… Por lo tanto, este post puede sonar a venganza… y bueno, un poco sí que lo es. Para qué negarlo, pero me ha hecho pensar un poco.
Y es que al final, el desdichado evento ha tenido algunas consecuencias:
1.- Primera y más importante, mi mujer ha llegado tarde a recoger a mis hijas al colegio, que han sido víctimas inocentes, de manera indirecta, de la voracidad recaudatoria de un Ayuntamiento -da igual el que sea, son todos iguales en este respecto- poco amigo de la propiedad privada y que la vara con la que mide su supuesta función de la seguridad ciudadana es la de la engrosar las arcas por la vía ejecutiva, mucho menos llamativa y más fácil que los impuestos.
2.- Segunda, que tras buscar han encontrado el filón: el coche, comprado y matriculado el 28 de febrero de 2004, de primerísima mano, hoy día 1 de abril de 2008 con cuatro años y un mes justo de antigüedad, no tenía pasada la ITV -por cierto, servicio sujeto a tasas impuestas por el Estado. Cierto es que, ley en la mano, estaba en situación irregular. ¿Pero alguien se ha molestado en enviar una carta avisando? No. Y lo cierto es que no era ni remotamente consciente de que a un coche de cuatro años hubiera que hacerle la dichosa ITV previo paso por caja. Tampoco era, la verdad, consciente de que éramos un peligro público conduciendo por esas calles de Dios un coche de cuatro años y un mes sin pasarle la preceptiva revisión. Vete a saber cuántas vidas hemos puesto en riesgo innecesariamente durante un mes, y sin saberlo. En todo caso, la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento -aforismo que significa el título de este post – y eso no se puede reprochar.
3.- Tercera, y que nos ha cabreado mucho a mi mujer y a mí. Sobre todo a ella que lo ha sufrido, porque yo estaba tranquilamente en la oficina haciendo unos slides 😉 . El personaje se encogía de hombros diciendo que a él que le contaba, que le habían puesto allí y "que hoy tocaba control de documentación igual que otro día toca ir a por el botellón". Claro, y es que esta gente no tiene criterio propio para discernir. Sin embargo le damos una pistola y capacidad de multar, o lo que es lo mismo, de pegarle un bocado al fruto de tu trabajo. No confundir con mordida , de lo que afortunadamente nos libramos en España, salvo que queramos abrir un bar de copas para guateques, claro.
4.- Me ha hecho pensar un poquito, como decía, y ha motivado esta entrada.
Porque me pregunto, ¿a son de qué? ¿Invocando qué principio, se cree un funcionario con gorra y pistola de la administración local del Estado que tiene el derecho a interrumpir forzosamente y bajo coacción mi camino para un control preventivo de documentación o no-se-sabe-qué-más-hasta-encontrar-un-motivo-para-generar-cash ?
¿Quiénes se creen que son el policía que dice cumplir órdenes y/o el funcionario que le manda y/o el concejal o cargo político que establece objetivos recaudatorios, para hacerse dueños y señores de mi tiempo de forma desconsiderada?
¿A cuento de qué me tratan preventivamente como un delincuente y se toman la libertad de disponer de mi propiedad privada más preciada, antes incluso que mi sueldo? Mi tiempo.
Porque no me importa que la Policía Nacional o la Guardia Civil me paren o me hagan guardar cola si es en busca de verdaderos delincuentes. Incómodo, sí. Hay quienes protestan, también. Pero más incomodo es que trafiquen con droga en el colegio de tus hijos o te pongan un bombazo en la terminal del aeropuerto.
Probablemente, el mal menor justifique la lucha contra el mal mayor. ¿Pero en lo de la ITV? ¿En cometer una infracción administrativa? ¿Dónde está el mal mayor ahí? Y que no me vengan con milongas de la seguridad y todo eso. Porque, ¿un coche de cuatro años y un día de repente se convierte en inseguro si no ha pasado la ITV?
¿Y lo de poner un control de alcoholemia un miércoles a las 9 y media en uno de los cruces más conflictivos de la ciudad? Seguro que es para pillar a las madres que se toman el carajillo después de dejar a los niños en el cole. Sin duda.
¿Y lo de poner un control de velocidad a las 8:30 en una avenida por donde a esas horas no hay ni un peatón en las aceras? ¿Será porque a esa hora la gente va quizás con un poco de prisa? Vale, son las reglas. Pero ahí no protegen a nadie. Sin embargo, en esa misma avenida un sábado o un domingo a las 12:00 hay numerosas familias por las aceras, cruzando para entrar a alguno de los parques que hay a ambos lados del boulevard. ¿Algún control para que los conductores moderen la velocidad y extremen la prudencia ante el peligro de que un niño escapado de las manos de su madre o padre cruce sin mirar? ¿Alguien duda sobre la respuesta?
Y cuando están, ¿se dejan ver para que la gente les identifique y vaya con cuidado? ¡Claro que no! Es como si un ladrón te dejara una nota un día antes avisándote de su "visita".
En definitiva, dos conclusiones:
1.- Que la ley está para cumplirla, que la justicia es ciega y todo eso. Pero es que hay leyes naturales y convenciones artificiales. Las primeras han de cumplirse no porque estén en un código penal, sino que son inherentes al ser humano y asociadas a sentimientos morales universales. Las segundas, hay que cumplirlas porque si no, te multan. Y como lo de ingresar le gusta bastante al Estado, tienden a expandirse y expandirse. Y como los gases nobles, tienden a ocupar todo el espacio.
2.- Que lo de que son normas y controles para velar por mi seguridad está muy bien y todo eso. Pero es que no soy imbécil. Que no me cuenten esa milonga cuando la mayoría de esas normas y controles están para reducir mi esfera de libertad individual y para financiar el crecimiento de un Estado que cada día más invade mi esfera privada de acción. Tomando coercitivamente parte de mi tiempo, y parte del esfuerzo de mi trabajo. Si quieren más pasta, que suban los impuestos y afronten las consecuencias en las urnas. Pero que lo hagan claramente.
Bueno, en realidad eran tres:
3.- No me gustaban los policías municipales y desde hoy aún menos.
P.D. Aunque parezca demagógico, no me resisto a plantearme por qué ponemos tanto celo en que se cumplan ordenanzas administrativas y luego se escapan ejecuciones de condenas por falta de celo, recursos o lo que sea. ¿Será porque en las primera el Estado ingresa y en la segunda no?
Actualización.
He recuperado esta foto que me mandaron hace un año más o menos para avisarme de un nuevo método usado cerca de casa. Esos señores a los que les meten ahí dentro, me pregunto si están velando por mi seguridad o por las arcas de nuestro querido Ayuntamiento?
Actualización 2 (28/5/2008)
Excelente post ilustrado de Antonio Domingo acerca del mismo tema. Me pregunto por qué los ciudadanos toleramos este tipo de actuaciones.
Nota: La foto no es mía y tampoco conozco el autor para darle el reconocimiento debido vía CC.
Lamentablemente muchos ciudadanos tenemos esa percepción de la voracidad recaudatoria de determinados cuerpos de seguridad, y es que siempre a final del año parece que quieran llegar a cumplir con el “cupo” de lo que tienen asignado… ¿será que la gente hace más infracciones justo cuando empieza su período de evaluación? Siempre podría ser una coincidencia.
Un saludo… y ánimo 😀
Antonio, creo que somo muchos los que te comprendemos y compartimos tu opinión.
Es lo que yo llamo “el poder de los pelamanillas”, de los “pringaos”, de los que en realidad no lo tienen. Cualquier personajillo de tres al cuarto te puede decir NO, te puede negar el paso, te puede rechazar un expediente … hay muchos, muchos ejemplos. Por contra, el verdadero poder está en el SI, los que sí te pueden subir el sueldo, los que sí te pueden condonar una deuda, los que sí te permiten el acceso a un lugar … hay menos, muchos menos ejemplos.
En definitiva, una gorra, y Capitán General.
Por cierto, hay excepciones, el otro día al ir a buscar a los niños al colegio mi mujer tuvo un percance, un contenedor de basuras mal colocado se soltó y chocó con el coche, el “municipal” de turno la pidió la documentación con objeto de “facilitrar” la reclamación a la empresa de los contenedores y se encontró con que la ITV estaba sin pasar y el carnet de conducir caducado ¿Qué hizo el agente? Sencillamente, instar a regularizar la situación. Al día siguiente yo fuí a pasar la ITV, a recoger a los niños y mi mujer a tráfico.
¿Qué ha sucedido? Yo he regularizado una situación que venía arrastrando desde hacía tiempo, tuve que cambiar las ruedas (esto sí que impacta en la seguridad de todos y no un papelito) y estoy hablando bien del agente. La verdad que llevamos un ritmo tal que ni por lo más remoto imaginábamos que el carnet estuviera caducado.
Es un ejemplo de que el poder del SI es más constructivo que el poder del NO, que el primero es es de las personas, mientras que el segundo lo es de los fantasmas.
Bueno, ya está bien para un comentario. Gracias Antonio por cedernos tu tribuna para también un desahogo.
¿Eso es la Avenida de Logroño? No, si va a resultar que somos vecinos.