Multi autem sunt vocati pauci vero electi

Finalmente, acabo esta miniserie de posts con la tercera de mis objeciones a la refundación del capitalismo: el escepticismo sobre el hecho de que los políticos, autoproclamados salvadores de la civilización, sean las personas más adecuadas para tamaña tarea -caso de que dicha tarea fuera posible, claro está.

Como quiera que -confieso- tengo ya ganas de terminar esta miniserie que he iniciado y pasar a escribir de otros temas, voy a apoyarme en Ortega y Gasset para redactar esta entrada, pues hay pasajes de su Rebelión de las Masas que se ajustan como anillo al dedo. Y de paso, en vez de ser yo el que usa un lenguaje ácido contra esta lacra casta social que son los políticos en su forma actual, le cedo mi humilde espacio al filósofo. Políticos, por supuesto de todos los partidos -y aunque uno piense que son peores en un partido que en otro, en realidad, el diferencial cada vez se reduce más.

En efecto, porque si para refundar el capitalismo hace falta primero un ejercicio intelectual hay que tener en cuenta que:

La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que el político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es ser como de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral.

José Ortega y Gasset
La Rebelión de las masas

La verdad es que después de este demoledor párrafo resulta complicado añadir mucho más. Sobre todo porque uno tiene la ligera sospecha de que la mayoría de las personas que no se dedican a la política profesional comparten la opinión de que, en el hipotético caso de que fuera posible rediseñar nuestro actual “amplio orden de cooperación humana”, desde luego no sería una tarea que le encomendaríamos a la clase política. No, desde luego, no creo que ellos fueran los elegidos -quizás por eso se empeñan en hacer pellas en el Congreso.

Porque:

El simple proceso de mantener la civilización actual es superlativamente complejo y requiere sutilezas incalculables. Mal puede gobernarlo este hombre-medio que ha aprendido a usar muchos aparatos de la civilización, pero que se caracteriza por ignorar de raíz los principios mismos de la civilización.

José Ortega y Gasset
La Rebelión de las masas

Amén.

Nota sobre el título: Frase tomada de la Vulgata del Evangelio de Mateo 22:14, donde Jesús pronuncia la célebre frase, “muchos son los llamados pero pocos los elegidos”, como conclusión de la parábola del banquete nupcial.

6 thoughts on “Multi autem sunt vocati pauci vero electi

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  2. Felicidades por la serie. Muy bien razonada y fundamentada.
    Sólo querría apuntar que el simple hecho de hablar de “casta”, “clase” o “profesión” política ya me parece una aberración en sus propios términos. Pienso que un político no debería ser un profesional de ello. Somos humanos y no me parece sano que alguien no tenga una salida profesional o personal digna si por defender sus ideas, por ética o por estética si me apuras, no pueda plantarse.

    Seguimos conversando. Un abrazo

  3. Gracias Luis. A mí también me parece una aberración, pero no me negarás que es así.

    Yo tampoco creo en la política como profesión. Debería ser realmente un servicio que se presta a la sociedad en un momento determinado de tu vida, no demasiado largo para que, primero el poder no te corrompa, y segundo para que no pierdas tu empleabilidad.

    Pero en un sistema como el nuestro esto es utópico. Sencillamente es imposible algo así allí donde la meritocracia brilla por ausencia y se medra a base de saber detectar el sol que más calienta para arrimarte a él… y que te den un puestito en la lista de turno.

    Con la excepción de fichajes estrella -y que terminan estrellados-, para los puestos de base se suele coger a gente dócil, que puedas manejar y no plantee riesgos de romper la disciplina de partido como puede pasar con alguien más preparado y, por lo tanto, capaz de formar su propio criterio sin que se lo tengan que dar prefabricado en forma de circular interna del aparato del partido (o comoquiera que se den las consignas).

    Y ante esta perspectiva, cualquiera que esté preparado, tenga carácter y ganas de hacer cosas y cambiar ni se planteará entrar en política, con lo cual se cierra el círculo vicioso y se alimenta la endogamia.

    Esto no sólo pasa en política, pasa en la Universidad también, por ejemplo -y luego nos autoengañamos con que los buenos investigadores se van a USA porque aquí papá-estado no les apoya, ¿no será que huyen de la mediocridad?

    Un abrazo,
    Antonio.

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