¿Habéis sentido alguna vez que el tiempo deja de transcurrir mientras hacéis alguna actividad? O por el contrario, ¿que pasa como una exhalación? Y al hacer esa actividad, ¿nos os parecía que la hacíais sin esfuerzo? Y todo ello sin afectaros nada de lo que pudiera ocurrir a vuestro alrededor.
Estos estados, más que de ánimo de conciencia, se describen en el libro Flow de Mihaly Csikszentmihalyi -se pronuncia más o menos como Ciselmijayi. Habiendo leido aproximadamente un tercio de las 400 páginas quiero compartir algunos de los conceptos descritos.
El libro se refiere a ellos como “estados de experiencia óptima” y describe la sensación como de flujo, que es la manera en la que lo hacía la mayoría de las personas que el autor entrevistó en su investigación.
Esta sensación solemos experimentarla sobre todo en los momentos de ocio. Por ejemplo, yo la siento cuando estoy jugando con mis hijas, practicando algún deporte, leyendo una buena novela, enredando con el ordenador, jugando al mus y hasta con la Playstation (bueno, esto era antes cuando no tenía telarañas).
En todo caso, no hay que confundir esta sensación con el placer, que se produce al satisfacer nuestras necesidades puramente biológicas (comer, dormir, practicar sexo) o sociales (salir de copas, ir de compras, enseñar a nuestros amigos el último gadget. Todas estas actividades pueden proporcionarnos experiencias agradables, pero no nos hacen crecer como personas. Por este camino nunca llegaremos a la plenitud como seres humanos, dado que indefectiblemente cuanto más tengamos, más querremos y menos valoraremos lo ya conseguido.
En este sentido discrepo profundamentre con los autores de Funky Business cuando afirman que en la sociedad actual el consumidor (y por ende la persona) sólo piensa en el sexo y en ir de compras (fucking and shopping). Aunque algo de esto reconozco que hay por culpa del relativismo moral que aqueja a la sociedad europea actualmente, yo confío mucho más en el ser humano en su constante búsqueda de sentido.
Retomando el tema tras la disgresión, esta sensación de flujo o estado de experiencia óptima, va más allá del placer y nos hace personas más complejas tras haberlos experimentado. Esto es porque hay un sentimiento de novedad, de realización, aprendizaje o superación de un reto. Y, sobre todo, el placer no requiere gastar energía mental, mientras que a los que nos estamos refiriendo sí. En definitiva es un movimiento hacia delante, que el autor denomina disfrute. ¿Véis clara la diferencia entre la sensación de placer y la de disfrute? ¿Estáis de acuerdo en que son diferentes?
Las condiciones del flujo se pueden resumir en cinco puntos:
1) Que haya desafío o reto que requiera habilidades
2) Que haya un objetivo o una meta clara
3) Que haya retroalimentación (es decir, que veamos el impacto de lo que hacemos)
4) Que exista un sentimiento de control (real o sentido)
5) Que haya concentración en la tarea
Y me pregunto, ¿no sería maravilloso experimentar esta sensación cada día y a cada momento en nuestro trabajo? ¿No es esto mejor incluso que nos toque la lotería?
Yo la experimento cuando me siento con otras personas para resolver juntos algún problema, cuando me sumerjo en la Web buscando documentación para hacer algún un estudio determinado, durante la preparación y exposición de presentaciones (por ejemplo, en reuniones generales, formaciones o kick offs ), elaborando modelos financieros o hackeando (en el buen sentido) el ERP/OSS corporativo para integrar los datos en un Access sin corta-pegas o exportaciones. ¿En qué situaciones la experimentáis vosotros?
No me queda más que desearos suerte en la búsqueda, que me la deseeis vosotros a mí, y que no nos quedemos como un caimán en la senda…