Acabo de leer en el blog de Santi García una entrada acerca del tiempo que se tarda en encontrar un nuevo empleo. Le llama la atención a Santi un estudio norteamericano que refleja una tendencia decreciente en el tiempo que a un directivo le toma encontrar un nuevo trabajo, mientras que en su opinión en España la línea sigue justo la trayectoria opuesta. No tengo nada que objetar a su análisis, siempre teniendo presente, claro está, que su punto de vista es el de las empresas como clientes.
Pero más allá del post en sí, lo que me ha movido como un resorte y me ha hecho abrir de inmediato el editor de entradas es la propia pregunta que se trata de responder: ¿Cúanto tiempo se tarda en encontrar trabajo?
Planteada así, es tan simple como tratar de contar los días -o los meses, o las horas- entre dos fechas determinadas. El punto de llegada está claro: la fecha en que se acepta una oferta. Pero, y el punto de partida, ¿dónde lo ponemos?
Y aquí comienzan las dificultades. Depende de dónde pongamos la línea, es decir, desde cuándo empezamos a medir, ¿no? Porque, ¿dónde la ponemos? Es decir, ¿cuándo exactamente empieza la búsqueda? ¿Con el primer mail que se envía con el CV? ¿O quizás cuando nos decidimos a rescatar el fichero Word -o el fichero OpenOffice Writer- de un obscuro rincón del disco duro para actualizarlo?
¿Con la primera vez que uno hace una búsqueda seria en una web de empleo? ¿O cuando se descubre mirando, con más atención que mera curiosidad, las páginas del suplemento salmón del domingo? Dicho de otro modo, ¿en cuál exactamente de los 25 pasos en 3 fases que describe Enrique establecemos el punto de comienzo?
Y si tenemos un blog y contamos desde el post en el que uno se confiesa por primera vez, aunque sea anónimamente, ¿puede servir como punto de partida? ¿O es mejor cuando ya hay una decisión tomada?
Porque, ¿ponemos la divisoria en el momento en que se produce el click, ese despido interior que comentaba Raúl hace unos días? ¿O la ponemos un poco antes cuando comienza a producirse la desvinculación que describe Hermina Ibarra en su libro -que recomendaba Andrés y que leí y comenté, un tanto subrepticiamente?
¿Cuál es el momento justo en que comienza la metamorfosis? ¿En qué punto trazamos esa delgada línea roja que marca el comienzo de la búsqueda de un nuevo trabajo?
Y a todo esto, ¿qué hago yo haciéndome estas preguntas?
Tu sigue haciéndote estas preguntas. Es lo más sano del mundo.
Pregunta difícil haces.
Si miras lo de los 25 pasos, el tiempo comienza cuando empiezas con el primer paso. Aunque en realidad el tiempo empieza a contar desde que no le ves futuro a tu trabajo actual y decides que debes cambiar.
Según William Cohen -Rompa Las Reglas- la búsqueda comienza incluso antes, exctamente en el primer dia de trabajo en tu nuevo empleo. Es en ese momento cuando empiezas a buscar tu próximo empleo.
Lo que sí es cierto es que si no buscas trabajo con un poco de método y orden tardarás más en encontrarlo y muy posiblemente no sea lo que realmente quieres hacer.
Antonio, ¿no será que tú ya has empezado?…
Yo creo que el implicado si sabe cuando pone esa línea roja. No es sólo leer con cuidado las páginas salmón o enviar un CV (que a veces es “por ver qué pasa”). Eso lo hacemos muchos, pero no consideramos que el tiempo ha empezado a contar.
Pero hay un momento en que pasas de estar en el mercado “por si alguién viene a ti” y contactar de vez en cuando con alguna oferta interesante a estar en una búsqueda activa. Quizás dedicas un tiempo fijo semanal a revisar posibilidades, o llamas a un headhunter con el que contactaste hace años no recuerdas porqué, o haces una lista de lo que necesitas para aceptar una oferta…Para cada uno, el tiempo empieza a contar en un momento o actividad diferente, pero cada uno sabemos cual es ese momento.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Andrés, eso he procurado hacer siempre, aunque me parece que de momento las voy a aparcar por una temporada. Pero claro si la cita que menciona Enrique es cierta …
Porque el caso Luis no es que haya empezado, es que acabo de terminar
Más detalles más adelante, ahora me toca ser prudente, si bien en mi empresa ya es público y oficial. Lo único que no os gustará a ninguno es que sigo por cuenta ajena, pero Andrés no dice que se incompatible con tener una Marca Propia, ¿no? Y yo jamás he tenido un problema con eso.
No sé si escribir o no un post sobre el proceso seguido, ya veremos, pero desde luego estoy con Enrique en que hay que seguir método y organización.
Y Rafa, cuánta razón tienes. Podría decirte exactamente el día y casi la hora en la que crucé esa delgada línea. Ahora bien, he tardado meses si no años en decidir cuál era el siguiente paso. Hacia dónde ir. Una vez decidido, han sido un par de meses (aunque la suerte ha influido).
Y es que la preparación -como decían en uno de esos cursos en los que te dan una tarjetero con fichas- es el 90% del éxito 😉