Stultitiae Laus

Aquellos que os pasáis por aquí con cierta asiduidad a estas alturas ya os habréis imaginado que soy un tonto de los cojones. No os lo reprocho, pues aunque es un tema que nunca he explicitado de manera tan evidente, ya se ve que la alternativa a serlo no es muy compatible con tanto hablar de Hayek, Mises, Popper, Tocqueville, Adam Smith, Friedman y tantos otros que aún aguardan ser citados algún día en este blog.

Y no es que me sienta especialmente orgulloso de serlo, pero como ya he comentado antes, aunque a la clase política habría que refundarla, de momento estoy convencido de que hay una opción que es mejor -o menos mala si se quiere- que la otra, y la estulticia supina que me aqueja y me confunde, hace que escoja la opción de los, para decirlo en lenguaje políticamente correcto, psysically challenged.

Obviamente, mi afección no tiene el grado de severidad como para pensar que esta alternativa se ajuste precisamente como anillo al dedo al pensamiento de los hombres que he mencionado. Pues tal y como dijo Hayek, socialistas hay en todos los partidos -entiéndase socialista en sentido amplio. Pero aún así, episodios como el de hoy no hacen sino agravar mi grave estado de salud mental.

Qué le vamos a hacer, será que no puedo evitar sentir repelús ante quienes apelan constantemente al pathos.

Afortunadamente tengo bastantes amigos no-tontos -entre los que incluyo a algunos de los que os pasáis por aquí-, los suficientes para pensar que a la gran mayoría de los no-tontos sin carnet de listo -y concedo que a algunos con carnet también-, os causa la misma desazón que a mí que a alguien capaz de decir algo así le dejen manejar un presupuesto que sale del bolsillo de las personas -incluyendo a los tontos de los cojones- que viven en su pueblo. O peor aún, tener a su mando a policías que manejan porras y pistolas.

Mira que no tenía previsto publicar esta semana por carga de trabajo. Mira que no me gusta decir palabrotas en el blog. Mira que llevaba un tiempo queriendo cambiar de tema… Pero es tal la indignación, que no me he podido resistir.

Y no es por lo que haya dicho el personajillo en cuestión. Es porque me cabrea mucho ver como los políticos pueden decir o hacer lo que les venga en gana que aquí no pasa nada, nadie dimite ni a nadie se le despide.

Sobre todo los de un lado de la bancada. Sí, así lo pienso y así lo siento. ¿O acaso alguien piensa que la reacción general hubiera sido más suave si lo mismo hubiera sido dicho por alguien del otro bando?

En fin… mañana se me habrá pasado.

Nota: el título de la entrada corresponde al título en latín de la obra de Erasmo de Rotterdam “Elogio de la locura”.

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3 thoughts on “Stultitiae Laus

  1. Tienes toda la razón. Pero ya se sabe quien controla los medios de comunicación en este pais y cual es el mensaje final que llega a la gente.

    Bajo la premisa del control de los mass media, ¿que podemos esperar? Pues nada bueno pues hemos pasado del pleno empleo a tener tres millones de parados y aquí no pasa nada.

    Que jodido va a ser el 2009.

  2. Hay mucho imbécil suelto por el mundo (creo que independientemente de su partido, su nacionalidad, su credo, su raza o incluso el equipo de fútbol al que jalean), pero lo más triste es que, como bien dices, a esos imbéciles les dejen (les dejemos) manejar el dinero de todos y cuenten con una corte que les jalea las imbecilidades.

  3. Andrés, lo primero gracias por comentar. Lo de los medios de comunicación sin duda que daría para otra serie de posts.

    Lo que no tengo claro es quién controla a quién…

    Alberto, efectivamente la estulticia no conoce de partidos, nacionalidades, etc. Por eso hay que tener tanto cuidado en limitar el poder de los políticos, sean de las siglas que sean.

    Saludos,
    Antonio.

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