Omne innovatum est possibile ante innovationem eius

innovacion_pymesHacía tiempo que me apetecía abordar el tema de la innovación en este blog, y la excusa perfecta me la ha dado la publicación hoy (9/3/09) de una columna de opinión en Cinco Días. Dado que ha salido en el suplemento Pymes & I+D+i no está accesible en la web salvo por suscripción, así que he optado por reproducir aquí la versión larga del artículo -antes de recortarlo de 5,000 y pico carácteres a los 3,000 que tenía de límite.

Una apuesta por la innovación

La recesión económica, confirmada recientemente por los organismos oficiales, se ha unido a la crisis financiera que veníamos sufriendo hace meses, produciendo una especie de efecto “sándwich” en la liquidez de las empresas: por un lado la autofinanciación procedente del cash flow generado por las propias operaciones se está viendo seriamente afectado por la caída de la demanda y, por consiguiente de las ventas, y por otro lado, las fuentes de financiación externas, tanto en forma de deuda como de capital, han prácticamente desaparecido o, en el mejor de los casos, se han encarecido significativamente.

Las pymes, con menos músculo financiero que las grandes empresas o las corporaciones multinacionales, son particularmente vulnerables a esta situación de contracción de la demanda y escasez de crédito. Sin embargo, y aun reconociendo que no es fácil pedirle a éstas que además de afrontar estas dificultades, dediquen parte de su atención a posicionarse para encarar con ventaja la reactivación, que antes o después se producirá, es necesario que las empresas que conforman el grueso del tejido empresarial español apuesten por la innovación para mejorar su competitividad y poder subirse al tren de una eventual reactivación económica.

Es imperativo que, en la medida en que las circunstancias individuales se lo permitan, nuestras pymes no se olviden de la innovación, no sólo porque es necesario guardar un equilibrio entre las medidas de ahorro que se toman para hacer frente a la crisis y la inversión en iniciativas para salir de ella, sino porque la recesión económica plantea oportunidades a la innovación y porque, además, frente a las empresas de mayor tamaño, las pymes lo tienen más fácil de lo que a priori pudiera parecer.

Mantener un balance adecuado entre las acciones orientadas al ahorro de costes y la inversión en planes de innovación es imprescindible en tanto en cuanto las medidas de reestructuración como las reducciones de plantilla tienen un límite más allá del cuál se hace difícil continuar avanzando sin comprometer las operaciones. También hay que considerar lo que no se ve de un proceso de reestructuración, como el coste de oportunidad, el desvío de la atención de la dirección o el impacto negativo del personal que sobrevive. Estos costes ocultos pueden superar con mucho los beneficios previstos y por tanto no han de contemplarse como la única herramienta para defenderse ante la crisis. Este enfoque, comprometería sin duda la eventual recuperación, al haber dejado de lado la mejora de eficiencia que requiere la pyme española para ser competitiva, dado que no hay otro camino para mejorar que el de la innovación.

Además, se puede ver la botella medio llena y reconocer las oportunidades que presenta un entorno de caída de la demanda. Por un lado, es obvio que una situación de crisis favorece que surjan oportunidades para adquirir tecnología a un coste sustancialmente menor y hace más sencillo, especialmente para las pymes, el atraer talento que en épocas de crecimiento se hacía complicado por la elevada competencia. Por otro lado, y no tan evidente, están las oportunidades que se presentan a la innovación al encontrarnos con personas que, debido a la caída de la actividad tradicional, disponen ahora de tiempo para pensar, desarrollar e implantar innovaciones en productos, en mercados, en operaciones, etc. Personas además que atesoran un valioso conocimiento. Se puede decir que gracias a la crisis, desaparece el temido efecto del “día a día que te come” y que atenaza cualquier iniciativa innovadora en épocas de crecimiento del negocio. Especialmente en pymes, donde es menos frecuente que exista una infraestructura dedicada la I+D+i y, por lo tanto, cualquier esfuerzo en este sentido hay que hacerlo a costa de recursos productivos. No sólo es cuestión de liberar tiempo de las personas, quizás es momento ahora, que ha caído la producción para hacer aquellas modificaciones en la línea de montaje para un prototipo que habíamos diseñado y nunca habíamos podido montar por falta de tiempo y de capacidad.

Todo esto, poder mantener el equilibrio entre ahorro e inversión y la posibilidad de aprovechar las oportunidades que presenta la crisis, es sin lugar a dudas más sencillo para una pequeña o mediana empresa – asumiendo un nivel mínimo de salud financiera y de liquidez – al no estar constreñidas por políticas corporativas, no sufrir las rigideces que impone la sindicalización de la plantilla y las negociaciones colectivas, y verse libres del escrutinio cortoplacista de los mercados de capitales, que no parecen premiar estos días las medidas que se toman mirando el largo plazo.

Esta libertad de acción y la agilidad que se le supone por la menor burocracia y la proximidad al cliente se ve potenciada además por la relación necesariamente más cercana con el personal de la compañía, a quienes se les podrá pedir mayores dosis de compromiso y de aportación de ideas innovadoras si ven que la propia compañía está comprometida con el futuro. Y la mejor manera de mostrar compromiso con el futuro es una apuesta decidida por la innovación y la tecnología. Especialmente en una pyme.

3 thoughts on “Omne innovatum est possibile ante innovationem eius

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. (Espero que no se duplique el comentario, desde Safari 4 ha dado un error y creo que no se ha grabado)

    Le pasaré el artículo a mi DG, porque precisamente ayer me quejaba de que no estamos en esto.

    Tenemos muchos de los aspectos aprovechables que comentas: deuda casi nula, resultados operativos positivos y recurrentes, cash flow positivo, personas con capacidad y “culturilla tecnológica”…en fin, un punto de partida bueno para intentar colocarnos aún mejor para cuando cambie el viento. Es el momento de sondear cosas que no probarias en otro entorno: correo corporativo en Google, opensource, wiki, nuevos productos a clientes,….Pensar mucho, gastar poco y colocarte bien.

    Pero a veces el cortoplacismo nos puede. Y el ahorro de esos 2000 euros mensuales de una persona nos parece más importante que lo que podemos obtener de su conocimiento y capacidad durante un año.

  3. Te envio algunas reflexiones de alguien que se hizo famoso por sus neuronas…
    No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.

    La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

    La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.

    Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

    Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

    Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

    La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

    El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.

    Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

    Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
    Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro.
    Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

    Albert Einstein

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