A estas alturas del partido, no creo que nadie que lea este blog no conozca ya los principales rasgos de mi pensamiento político. Me considero un aprendiz de liberal, a quién aún le queda mucho camino por recorrer para tratar de entender y asimilar mediante el razonamiento los postulados de esta manera de ver la vida social -me resisto a llamar ideología al conjunto de teorías sociales y económicas que conforman el liberalismo. Trasladar esto al terreno electoral, podría decir que no es fácil, dado que no hay una formación política -con opciones de llegar a ser alternativa- que represente al 100% el programa liberal y dado que los dos principales partidos adoptan una mezcolanza de ideales tanto liberales como socialistas. En definitiva, ya nos advertía Hayek que socialistas hay en todos los partidos.
Pero, como dije con ocasión de otras elecciones, dentro de lo mala que es nuestra clase política, que lo es, y mucho -en términos de capacidad-, yo no creo que las dos principales formaciones compartan el mismo demérito, antes bien, considero que hay una que es significativamente peor que la otra -en términos de capacidad y también en términos morales. Esto naturalmente es una opinión personal con la que se puede discrepar, pero tiene algo muy importante para mí: que es la mía. Y que es una opinión que intento formar apoyándome en la reflexión y no tanto en el argumentum ad auctoritatem, que es una forma fina -y un tanto pedante- de decir que no hago mío lo que dicen otros que para mí son muy importantes -y que pueden ser familiares o amigos, un político/a determinado, un locutor de radio o TV concreto, o miembros varios de eso que llaman “el mundo de la cultura”.
Por eso, confieso, que me toca un poco las narices que por votar a determinada formación política, primero me llamen tonto de los cojones y ahora me pongan un vídeo llamándome fundamentalista, xenófobo, homófobo, pro-pena de muerte y no sé qué más:
Pero aparte del malestar, quisiera manifestar que no sé qué me sorprende más: que esta gente piense que con una campaña negativa y unos mensajes tan simplistas y casi naïf puedan realmente ganar votos -o movilizar a sus bases, que es de lo que va la cosa-, o que realmente haya personas que le compren esta mercancia sin aplicar el más mínimo juicio crítico.
Porque lo peor de todo no es el enfoque negativo de la campaña, el vótame a mí no por lo que ofrezco sino porque los otros no pueden ganar. Ni tampoco que en el mensaje final declaren abiertamente y sin tapujos que en el fondo, lo que uno piense les importa un bledo, lo que les importa es a quiénes votan -o sea, que si les votan a ellos, tan felices. Lo peor es la amalgama ideológica que practican con el vídeo:
[…] la amalgama es un procedimiento que consiste en acusaros de aprobar el conjunto de las ideas de un personaje o de un partido, por odioso que sea, porque resulta que vuestras opiniones coinciden con las suyas en un punto particular.
Jean-François Revel
El conocimiento inútil
En efecto, han corrido ríos de tinta y ocupado megahercios de tertulias radiofónica acerca del carácter negativo y provocador de la campaña de marras. Sin embargo, no he oido ni una sóla mención al uso del perverso mecanismo amalgamatorio[1]. Porque, ¿qué es si no, poner en un mismo plano valorativo los siguientes aspectos?
- La xenofobia
- El integrismo religioso
- La preferencia por la sanidad privada
- El escepticismo sobre el cambio climático
- La homofobia
- Creer en el despido libre
- Creer en la pena de muerte
Pues mira sí, yo creo más en la iniciativa privada que la estatal, pienso que lo del cambio climático, sin ser un tema que deba descuidarse, está siendo utilizado de manera absurdamente ideológica, y sí, creo en el despido libre por razones que algún día quizás desgrane en un post. Pero claro, se ve que por pensar estas tres cosas, no es que sea un enemigo de la Humanidad, no, es que me llevo en el paquete el resto de actitudes que se sitúan en las antípodas de mi forma de pensar[2].
Desde luego, desde el punto de vista de la amalgama el vídeo es toda una obra de arte digna del mejor Goebbels. Porque no sólo mezcla ideas que son claramente deleznables para la gran mayoría de la gente, con ideas que pueden generar diversidad de opiniones pero por las que nadie te retiraría el saludo, sino que también hace el juego sucio de asimilar determinadas ideas con nacionalidades concretas que, en la mente del telespectador poco atento, casan a la perfección con sus prejuicios -el polaco ultracatólico, el alemán nazi-, funcionando como una especie de pegamento ideológico para fijar la idea que realmente les interesa y que se materializa en lo que dice el español -que casualmente es el único de la relación de temas se aproxima, siquiera tangencialmete, a lo que se está debatiendo en esta campaña electoral: la crisis y el paro.
Así, con vídeos como éste, los de enfrente pueden ser todo lo inútiles e incapaces que tú quieras, pero en demagogia de la fina, no le llegan a estos ni a la altura de las babuchas.
Así, con vídeos como éste, uno se reafirma en que la política -en minúsculas- es un asco. Si el éxito o fracaso de una campaña se basa en la habilidad para manipular más o menos con propaganda de este cariz, apaga y vámonos. Como dice Ottinger, casi mejor quedarse en casa viendo la F1. Aún así, iré a votar y votaré lo que he votado siempre.
En cualquier caso, prefería los anuncios más del estilo “a qué huelen las nubes”.
- ^ Por no decir del uso del cliché geográfico que alcanza su cénit, no con el cura polaco, sino con el skinhead alemán homófobo.
- ^ Curiosamente, el resto del “paquete” se ajusta como un guante a la forma de pensar de aquellos con los que quieren formar una Alianza de Civilizaciones. Se ve que para eso, no les importa tanto.
Nota sobre el título: Frase tomada de la Vulgata, del Evangelio de San Mateo (7 15:20) que en castellano se traduce por “por sus frutos los conoceréis” y que pronunció Jesús hablando de los falsos profetas.
Bastante cierto, o muy cierto todo lo que dices. Pero eso pasa por entrar en el juego de la política. Y ya es triste que la política tenga que ser ésto.
Como tampoco debería ser que uno tenga que posicionarse por narices por uno u otro partido. Si en el fondo son sectas, no hay libertad dentro de ellos y se rigen por la dictadura de partido. Algo que hace a la política algo antiguo, desfasado, y poco democrático. Vaya paradoja.
Las buenas empresas funcionan porque trabajan en equipo, nadie es de ningún bando, porque no hay bando. Se dedican a resolver problemas con el diálogo y el trabajo de todos los días. Y la que no funciona así, acaba fracasando. Como nuestra política, país…
Un cordial saludo.
Nacho, efectivamente es muy triste en qué han convertido la política, y lo malo es que cada vez va la cosa a peor: más simplificación, todo a base de ideas-fuerza que luego rascas y nada, apelando a los sentimientos más que a la razón, …
Aunque si ya Tocqueville se quejaba de esto hace más de 150 años, cuando decía que los partidos son un defecto fundamental de las democracias (y eso en el país más libre del mundo de la época), me temo que hay poca solución a la paradoja que planteas. Entre otra cosa porque cualquier cambio pasa porque lo hagan los propios políticos. Y muy pocos hay dispuestos a hacerse el harakiri en bien de la sociedad (en el bien auténtico, no el que ellos racionalizan).
Tienes mucha razón en que la política interna de los partidos es mucho peor que hacia fuera. En algún sitio leí hace poco que uno tiene en el partido de enfrente a los adversarios políticos, mientras que en su propio partido a quien tiene es a los enemigos…
Pero en todo caso, yo creo que sí hay que votar. No podemos esperar que un determinado partido case 100% con nuestra forma de pensar, pero siempre hay uno que te parece mejor que otro y, de todos modos, alguno va a gobernar seguro, así que mejor será que lo haga aquél con quien compartes más cosas.
Y tampoco tienes por qué posicionarte siempre, lo bueno es que no cada cuatro años, sino casi cada año, puedes elegir. Porque al final estos políticos egocéntricos nuestros, convierten cada elección en un plebiscito sobre su propia persona, y porque en este país parece que no hacemos otra cosa que elecciones. ¿No se van a tener que buscar los angelitos fórmulas “creativas” de financiación? si es que una campaña por año no hay cuotas ni subvención que lo aguante…
Muchas gracias por tu comentario. Por cierto, enhorabuena por tu blog, me lo apunto al Netvibes 😉
Un saludo,
Por no desentonar con lo de Mateo, creo que tienes más razón que un santo en tu análisis de la campaña.
Yo también me desplazaré a votar, pero no tengo tan claras las acciones que se derivan de las conclusiones; ahora mismo estoy en blanco.
José M.
No te creas que siempre lo tengo muy claro, de hecho en las últimas europeas no voté, en las últimas municipales estuve a punto de hacerlo a otro partido y en éstas he considerado alguna opción nueva y con opciones de sacar diputado, pero no me convence porque salvo una idea, en el resto no sé qué defiende.
De todos modos, no sé si he dicho alguna vez por aquí mi teoría sobre el voto en blanco: será efectivo el día en que se cuenten como un partido y los escaños que salieran quedaran realmente vacíos para vergüenza (siendo optimistas) del resto de políticos.
Un saludo,
Antonio, ayer “estuve en blanco” porque, ante las mismas dudas que tú, y aprovechando la jornada de reflexión y la cercanía del Corpus, quise darle una oportunidad a la “inspiración trascendental”. Me temo que no surtió efecto 😉
Está claro que por poner un recurso de inconstitucionalidad al matrimonio civil gay uno no es homófobo… o quizá si que lo es y no se da cuenta pero… ¿no era el PP el que presentó a un experto en el congreso (¿senado?), llamado Aquilino Polaino, que declaró en sede parlamentaria que la homosexualidad es una enfermedad? Porque entonces creo que la acusación de homofobia estaría plenamente justificada a menos que hubiera habido una masa de fans del PP desautorizando al señor Polaino… no lo recuerdo ¿lo hicieron?
Yo si que veo una diferencia moral entre uno y otro partido, muy claramente la veo… En cuanto a eficiencia, y especialmente eficacia, poca diferencia veo yo.
José M., eso pasa por mezclar religión y política … de esa mezcla no puede salir nada bueno nunca 😀
De todos modos, fueron casi 200,000 votos en blanco que aunque no darían para un escaño vacío (y a esta gente harían unos cuantos más para avergonzarles), sí que es una cifra representativa, considerando como me decía por twitter Alberto (@anotado) que la inversión publicitaria por esta opción ha sido nula.
Gabriel, nuestra discrepancia aquí veo que es bastante amplia. No obstante creo que hay un error de partida en tu razonamiento (y que por otra parte es lo que se pretende explotar con vídeos de este cariz).
Básicamente estás suponiendo que la siguiente ecuación es cierta:
[votante de un partido] = [persona que comulga acríticamente con el 100% de las acciones del 100% de sus dirigentes, simpatizantes, votantes y cualquier otra persona que se considere cercana al mismo] = [fan del partido]
Este básicamente es el mecanismo de la amalgama, aunque no creo que el argumento soporte un mínimo análisis racional. Es decir, por ejemplo en el caso que pones: no creo que nadie pueda pensar que los aprox. 10M de votantes en las generales, 6M en las europeas de ayer, piensen como el tal Aquilino ni tengan una opinión radical acerca del matrimonio civil gay.
Y no creo que un servidor sea la única excepción.
Ahora bien, entre la actitud de un señor que puede decir más o menos tonterías aún en sede parlamentaria, y la de los energúmenos con la cabeza rapada y gesto agresivo que muestra el vídeo hay cierta distancia, todo hay que decirlo. No me imagino al señor Polaino (cuya infancia con esos nombre y apellido no debió ser muy fácil y puede explicar alguna cosa) vestido con una bomber, unas Dr. Martens y pantalones militares, la verdad. Lo cual no quita el que la actitud de éste incluso pueda llegar a ser más peligrosa para la sociedad que la de la pareja de alemanes que nos ponen en el vídeo, por supuesto.
Y como decía en mi entrada, al “pobre” Aquilino lo condenaron al infierno laico progresista por siempre jamás simplemente por emitir una opinión (a todas luces equivocada, pues muy cegado debes estar para a estas altura pensar que la homosexualidad es una enfermedad y que por tanto es contagiable y curable)… pero con los “amigos” esos que el gran prócer de la progresía interplanetaria que nos ilumina tanto, es decir Obama, adulaba en esos libérrimos tiempos de tolerancia entre la dominación de Al-Andalus por el Islam y la Inquisición (pese a que no hubiera más que unos 14 años de solape), con esos amigos, decía, con el que ahora queremos fundar una Alianza, nada menos, que de civilizaciones, con esos a nadie parece importarle que en sus respectivos países la homosexualidad este prohibida y castigada con pena de muerte.
No lo sé, un poco inconsistente, ¿no?
Creo que el partido del que hablamos comete muchos errores en el terreno social, sin duda. Y sin duda tiene ticks conservadores que a mí no me gustan. Pero tampoco invalidan el resto. Porque pese a todo, no invaden tanto la esfera privada como los otros. Como buenos conservadores, tienden a mantener el statu quo, pero no legislan para imponer sus criterios, les vale con lo que hay.
Y hablando de conservadurismo, una vez más creo que se confunde -de manera ideológicamente interesada-, conservadurismo con intolerancia y no son lo mismo (esto daría para otro post).
Porque a intolerante, nadie le gana a la izquierda -en este país y en todos-, que se llena la boca con la tolerancia, pero luego al que se desvía de la corrección política, le llaman de todo. Eso sí, con maneras muy sutiles y revestidas de progresía, pero pasa por encima como un verdadero rodillo. Al que piense diferente, cordón sanitario. ¿O no piensas que es asi? (Seguramente no, pero te pido que al menos lo pienses un poco y que lo pienses no en términos comparativos, sino aisladamente).
A la derecha tradicionalmente se le achaca el intentar imponer una moral , lo cual abriría otro extenso debate, pues entre la moral única de la derecha más conservadora y el relativismo moral absoluto de la izquierda más radical hay una amplia gama. Y hay valores morales que son absolutos (y por lo tanto sí que se deben defender) y otros que son opinables (y que habría que manejar con cuidado, procurando preservar la libertad de conciencia al tiempo que se protege la libertad del prójimo).
Ahora, eso sí, si la derecha intenta opinar contra una medida supuestamente progresista que tenga un componente moral, se le echan todos encima con la cantinela de la imposición, la moral única, el ultractolicismo y todo eso. Pero nadie dice nada cuando es la izquierda la que se arroga el derecho y la legitimidad de definir lo que es moral y lo que no. Y contra eso, aún no siendo conservador, es contra lo que me rebelo.
Ahora el que se está enrollando con el comentario soy yo, pero creo que el debate merece la pena
Un abrazo,
Bueno, ya sabes que me gusta polemizar, así que la respuesta larga es muy bienvenida.
Y es que desde luego el vídeo me pareció tan efectista como incorrecto, no deja de ser una demagogia llevada al extremo con el intento de ridiculizar unas personas que, desde luego, no os lo merecéis.
Pero aquí el que has provocado con lo de que moralmente veias un partido más ubicado que el otro has sido tu 😉 y yo te he dado un razonamiento por el que podía ser al revés, y que está más de acuerdo con mi manera de pensar. Y eso que no he votado ni a uno ni a otro.
Porque es claramente un error haber llevado al parlamento al individuo este del apellido curioso, y ese error debe haberlo cometido alguien ¿no? Alguien que, de hacer su trabajo mejor y no cometer errores de este tipo, no tendría que padecer el “voto contra” que aparece periódicamente cuatro años en las elecciones generales.
Creo sinceramente que la derecha debe comprender e interiorizar que no estamos en un país católico. Que al césar lo que es del césar y a dios lo que es de dios. Y hasta que no lo consiga, sus enemigos explotarán (ahí añade torticeramente y traicioneramente si quieres) sus propias contradicciones. Pero también está en sus manos encajar esos parámetros, totalmente legítimos y super respetables, por supuesto, de una manera más profesional (si, la política es una profesión). Y poder dar una alternativa inclusiva, de respeto a todos. Que no dé miedo a nadie.
Y ese es un trabajo que debe hacer el PP por sí mismo. Por supuesto no se lo va a hacer el PSOE. Ellos explotarán las debilidades de su adversario. Faltaría más.
Pero es que el PP se lo pone muy fácil… aquí puedo equivocarme porque desconozco el detalle pero… ¿no estaban precisamente en unas manifestaciones contra el matrimonio gay? ¿Quizá al lado de unos determinados cuadros de la iglesia que encajan con la etiqueta de “ultracatólicos”? Y es que ¿cómo se puede vender a una sociedad moderna algo que va en contra de los derechos de una minoría y que a los demás no nos afecta? ¿o es que de verdad alguien se ha sentido amenazado en su matrimonio porque otros se casen?
Personalmente creo que el dicho partido debe centrarse, que es un camino que ha ido recorriendo con altibajos, y que para ello necesita un nuevo liderazgo, que no tenga el bagaje crispado y anti todo que algunas personas en la cúpula del partido acarrean, y que sea capaz de entender y atraer por igual a laicos, católicos y musulmanes (si, la sociedad es así, y por ese orden), que sepa no alienar a los catalanes (entre los que me incluyo aunque sea principalmente castellanohablante, y de paso os aseguro que nunca nadie me ha hecho callar o ha intentado extinguir mi castellano, en cambio si que me acuerdo de haber oído en directo en la calle Génova el “pujol enano, habla castellano”, todo un ejemplo de respeto y corrección política), que sepa proponer alternativas (que no recursos de inconstitucionalidad) y que predique con el ejemplo, que no se le llene la boca de “unidad de mercado” cuando sus propias CCAA son las primeras de no cumplir las leyes del estado, y toda una retahíla de fotos con políticos corruptos que abundan en sus filas. Lo de determinado presidente autonómico, es de vergüenza.
Totalmente de acuerdo con la inconsistencia que dices respecto a determinados países. Empieza con todos aquellos que hacen negocios con China como si de una democracia se tratara. Y desde luego estos dilemas hay que manejarlos con cuidado, ya que de su trato depende en parte el progreso colectivo, no sólo moral sino también económico. Y para verlo sólo hay que mirar los difíciles equilibrios que los Estados Unidos han tenido que hacer a lo largo de la historia, con decisiones moralmente objetables incluidas, algunas sin embargo correctas, otras crasos y terribles errores. Y EEUU es un gran país del que mucho tenemos que aprender.
¿Sabes qué creo? Que el problema de este país es confundir el término adversario con el término enemigo. Que los diferentes partidos quieren marcar demasiado la idea de “pertenencia al grupo” que nunca ha traído nada de bueno. Que llevamos la inquisición en la sangre, todos en mayor o menor grado.
Porque el que opina que la sanidad es mala sólo por llevar la palabra privada es a la economía lo que Aquilino Polaino es a la medicina. Se trata del mismo uso de una etiqueta sin pensar realmente en el fondo de las cosas. Ahí estoy de acuerdo contigo. Pero estoy de acuerdo en que usan la misma técnica, sólo que con distintos objetivos. Bueno, el mismo objetivo: la pervivencia, pero de grupos distintos de personas.
Y a la que saltamos con el cambio climático, ¿no nos viene a la memoria un tal primo de un señor líder? ¿o un ex-líder diciendo que eso era una exageración? Porque a mi si que me viene. Igual que, cada vez que voy al trabajo me acuerdo de la demagogia de un consejero de otro partido rival al pasar a velocidad considerable bajo los pórticos que marcan unos grandes 80s. Ex-post, el experimento ha sido un éxito porque ha rebajado el nivel de accidentes. ¿Pero el objetivo inicial no era reducir la contaminación? ¿Será que no lo mencionan porque no se ha reducido? ¿Reduciríamos más los accidentes si directamente prohibiéramos la circulación de vehículos? Y ahí yo también veo otra intromisión en mi vida privada de otro partido. Efectivamente.
Por cierto, este tipo de campañas no las inventó Goebbels. Goebbels copió de las técnicas utilizadas por aquel entonces en los grandes almacenes americanos. Y las amplió. Independientemente que, de acuerdo, este video no invita a pensar sino a simplificar, y por ello está mal, ¿verdad que hace que parezca más malo pegarle la etiqueta de nazi? Eso es de nuevo una simplificación. Todos caemos en el pecado de ponerle etiquetas a las cosas 😉
Fuera los cordones sanitarios. Sean de quien sean.
Un cordial saludo
Gabriel, si será por provocar… aquí ponemos cada uno la muleta y el otro entra al trapo de cabeza, ¿eh? 😀
Desde luego, lo del matrimonio gay a mí me pareció un error de proporciones astronómicas y, además, de manera gratuita y que podrían haber resuelto en su legislatura en vez de enzarzarse en una estéril disputa terminológica. Pero todo ello deriva de confundir religión y política, cuando como tú muy bien dices: ay que darle a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Y de confundir el sacramento con el contrato civil entre dos personas que se comprometen a determinadas cosas y que ese compromiso es exigible por ley y se extiende a sus descendientes.
Lo dicho, por no volver a enrollarme porque en esto estamos de acuerdo, un debate y una polémica estéril porque no perjudica a nadie y sí beneficia a los implicados.
Desde luego, se lo buscan solitos los de Génova y les dan el trabajo prácticamente hecho a los de enfrente. Éstos también se equivocan, pero tienen una defensa más fácil: si es una ministra, porque eres machista; si es un catalán, porque eres anticatalán; si es porque estás hipotecando el futuro de tus hijos a base de déficit, que la oposición no arrima el hombro; etc. etc.
Ahora bien, lo que no compro es lo del miedo. ¿Miedo de qué?
Pero sí, tienen que abrirse un poquito más, y también ser capaces de vender que lo hacen y aprender a diferenciar lo divino de lo humano. Al igual que los de enfrente, tienen que aprender a diferenciar lo divino (para hacer lo contrario) de lo humano.
Dices que la sociedad española es laica, católica y musulmana (y por ese orden). Creo que aquí hay implícito un error que explica bastante de lo dicho arriba: catolicismo e islamismo son religiones, sí, pero el laicismo que yo sepa no es una religión (laico es el que no está ordenado).
¿O sí? Puede que sí, porque a veces pienso que se profesa el laicismo como si una religión fuera. Y de puro defender la progresía y el antireligionismo, no se dan cuenta que están creando un nuevo culto -con sus ceremonias de iniciación y paso y todo, como lo del bautismo laico-.
Lo del cambio climático me parece como una religión más, por cierto, entendido como la absurda ideologiación del tema y hecho diferencia de la izquierda frente a la derecha. Me aburre muchísimo, la verdad. Sobre todo cuando ponen las imágenes de siempre del glaciar desprendiéndose (como aquel anuncio que echaban hace tiempo, de Licor del Polo creo que era). Algo que debería ser científico, lo convertimos en filón para ir contra el contrario acusándole de enemigo de la humanidad. Y correcto, si el de enfrente en vez de debatir con argumentos racionales va y cita a su primo, pues apaga (la bombilla ecológica) y vámonos
Lo de 80 por las rondas de Barcelona, que las hicieron ya con los coches puestos, es torturar al pobre barcelonés de por sí torturado y además reirse en su cara. Seguramente habrán reducido la contaminación de madrugada, cuando apenas pasan coches.
Y sí, seguramente Goebbels no inventó la propaganda, y tampoco sé si fue el primero en aplicarla al ámbito político, pero es el publicista más conocido. Y sí, es una simplificación porque en sus tiempos no había Youtube, que si no no sé qué hubiera pasado
Un abrazo,
Muy buena tu respuesta, y redactada con mucha gracia. ¿Y sabes qué me ha hecho pensar? Que todos los humanos, si son sinceros, discrepan en algunas cosas y están de acuerdo en otras. Y que, si además tienen alguna neurona disponible por ahí, pueden entenderse en una serie de cosas básicas sin necesidad de decir si uno es mejor que el otro.
Y ahí el problema: nos cuesta creer en nuestros políticos porque no puede ser que estén en desacuerdo en todo. Ni unos, ni otros. El discurso de intentar hundir al adversario en tiempos en que muchas de las diferencias ya no existen, y las que existen se pueden encajar respetando la manera de pensar del otro, no es creíble que nuestros líderes (¿?) no se entiendan en absolutamente nada. Y es que no es labor de una oposición decir sistemáticamente que no, igual que no es labor de un gobierno ser oposición de la oposición.
Nuestros líderes tienen que volver al discurso constructivo. Sólo entonces dejaremos de ser hinchas y podremos estar de acuerdo a veces con unos, a veces con otros, a veces con los dos. ¡Y es que ya es triste que las posiciones tan enconadas nos obliguen a, muchas veces, no estar de acuerdo con ninguno!
Miedo sólo a la ignorancia. If education is expensive, try ignorance!