Artículo quincenal en El Confidencial dedicado esta vez a la Constitucion de 1812 (que pena que no me tocara un día antes para coincidiera justo con el bicentenario). En el post, aprovecho la efeméride para hacer además un alegato del liberalismo, palabra que inventamos los españoles precisamente en aquella época trepidante de nuestra historia.
Como ustedes saben, ayer se celebró el bicentenario de la Constitución de 1812, apodada ‘la Pepa’ por haber sido proclamada por las Cortes de Cádiz precisamente en el día de la festividad de San José -hay quien sostiene que la fecha fue elegida con sorna gaditana por llamarse así el rey Bonaparte impuesto por su hermano Napoleón-.
Pues bien, llama la atención que la palabra “liberal” que, por cierto, España cedió generosamente al acervo político occidental, no aparezca ni una sola vez en los discursos oficiales pronunciados durante el día de ayer. No vaya a ser que nos demos cuenta de que el liberalismo no es el demonio que los amantes de la injerencia estatal en la vida privada quieren hacernos ver, sino que representa un conjunto de valores que merecen la pena.
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