El mes de febrero ha sido poco productivo en términos de publicación, tanto en el blog de El Confidencial, Monetae Mutatione, como en las redes sociales –Twitter y Facebook-, ya que cambios profesionales -positivos- ocurridos a finales de enero me han mantenido alejado de los teclados, más por escasez de tiempo que por voluntad. De ahí que este mes haya fallado en mi cita quincenal y me haya saltado un artículo, circunstancia que espero no vuelva a producirse en el futuro, una vez estabilizado y mejor organizado…
Dicho lo cual, paso a compartir aquí mi post del pasado jueves, en el que vuelvo a tratar el tema de la deflación/inflación, complementando lo ya dicho en otras entradas anteriores (ésta y ésta) e insistiendo y ampliando lo que ya argumenté en el debate con Víctor Alvargonzález en El Confidencial. Y es que la cuestión sigue suscitando tanto la discusión como las críticas a la política que viene siguiendo el Banco Central Europeo en comparación con sus pares americano y japonés, por ejemplo. Dada la persistencia de la apoplitorismofobia en los circuitos mainstream políticos, económicos y mediáticos, nunca es demasiada la insistencia en aclarar los orígenes de las tensiones deflacionarias, los tipos de deflación y el por qué ésta no debería ser combatida generando nuevas distorsiones en la economía. Y no desvelo más del contenido del artículo, como es costumbre, os dejo con su primer párrafo y os animo a seguir leyendo en la página original.
Seguramente les han contado de pequeños el cuento anónimo de los tres cerditos, en el que cada uno de los hermanos se hace una casa empleando paja, ramas y ladrillos para protegerse de la amenaza persistente del hambriento lobo feroz. Los dos primeros terminan antes y pueden jugar y divertirse, mofándose del tercero, que tiene que seguir trabajando duro para terminar su casa de ladrillo. Sin embargo, la endeblez de los materiales empleados se vuelve en su contra, ya que no resisten los soplidos del lobo. Pues bien, que me perdonen las autoridades monetarias por identificarlas con un animal tan ibérico, pero la actuación en la crisis de la Reserva Federal (Fed), el Banco de Japón (BoJ) y el Banco Central Europeo (BCE), y las críticas a este último, recuerdan a los tres cerditos del popular cuento de hadas.
Leer más: ¿Quién teme a la deflación? – Blogs de Monetae Mutatione
Y, como también viene siendo habitual desde hace unos cuantos artículos, dejo a continuación material multimedia de propina 😉
P.D. Me he dado cuenta que el artículo anterior sobre el mercado político no lo subí aquí. Si os lo perdisteis, podéis leerlo aquí: Nuevas marcas en el ‘mercado’ electoral