Tras un año alejado del teclado por cuestiones de índole laboral, hoy he vuelto a publicar en mi blog Monetae Mutatione en El Confidencial con el firme propósito de recuperar el ritmo de publicación. El post “reinagural” se centra en el fracaso de la ciencia económica en la forma que domina actualmente en los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, …), bancos centrales, universidades, etc. Un fracaso que es patente a juzgar por el resultado fallido de todas las previsiones que se realizan y que parten, de un modelo erróneo y un método científico que no es adecuado para estudiar los fenómenos sociales y, por ende, económicos. El pensamiento hegemónico hoy en día en todas estas instituciones y el que se enseña a los alumnos de las facultades de económicas, es que la economía puede asimilarse a la física y que los economistas son los ingenieros sociales encargados de aplicar la teoría. Pero si los ingenieros, los de verdad, tuvieran el mismo acierto que los economistas en sus cálculos y estimaciones, no habría un puente en pie.
Y no anticipo más para no quitaros el interés en leer el post original, que empieza así:
Seguramente han escuchado alguna vez historias sobre errores en la construcción de puentes cuyas mitades no coinciden al llegar al punto de unión. Tal es el caso del que une las orillas alemana y suiza de la antigua ciudad de Laufenburg, dividida en dos por el Rin. Durante su construcción en 2003, los ingenieros descubrieron que llegaban con un desnivel de algo más de medio metro por las diferentes referencias utilizadas para situar el nivel del mar —el Mar del Norte en el caso de los alemanes y el Mediterráneo en el de los suizos— y por un error de cálculo al corregir la diferencia. Afortunadamente, este tipo de fallos es poco frecuente, pero piensen qué ocurriría si los ingenieros acertaran tanto como los economistas. A tenor de los resultados cosechados, especialmente en el campo de la macroeconomía, estos errores serían la norma.
El post completo está aquí: Si los ingenieros fueran economistas.
Como bonus multimedia, dejo unas imágines de la construcción del puente de Laufenburg al que hago referencia en el post y del resultado final. Felizmente pudieron corregirlo (los alemanes bajaron su parte) y evitaron un escalón de medio metro en mitad del puente, que no hubiera sido muy apropiado…