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Artículo en El Confidencial: Qué hemos aprendido en 10 años de crisis financiera

Posiblemente han escuchado alguna vez cómo funciona el mecanismo de los raticidas más habitualmente utilizados en el control de plagas, como la warfarina o la bromadiolona. Derivados de un compuesto químico presente de forma natural en muchas plantas, como el trébol, este tipo de venenos operan inhibiendo la síntesis de vitamina K e impidiendo la coagulación de la sangre, provocando hemorragias internas letales al cabo de varios días. Al no ser inmediato su efecto, los roedores no asocian la muerte con la ingestión del cebo, logrando así envenenar al máximo número de ratas. Pues bien, de forma similar funciona la inflación crediticia, veneno letal para la economía, que debilita internamente su estructura productiva y desemboca en crisis sólo años después, dificultando la identificación del origen del “envenenamiento”.