Hoc unum scio, me nihil scire

Hace más de un lustro, conocí a un personaje muy “principal” que dejó una frase grabada en mi memoria que no se ha borrado pese al transcurrir del tiempo. El tipo en cuestión dijo algo así como:

Cuando venía hacia aquí en el avión, íba leyendo un libro y pensando que cuanto más leo, más sé.

Y fue capaz de decirlo sin ruborizarse -el que lo hizo, creo que fui yo. No sé si realmente fue en error al reproducir el conocido aforismo de “sólo sé que no sé nada” o si realmente el hombre, en un acceso de vanidad y arrogancia, realmente se consideraba por encima del mismísimo Sócrates.

Yo, humildemente, debo reconocer que me ocurre lo contrario. Cuanto más leo, sí voy descubriendo nuevos conceptos, nuevos autores y nuevas obras, pero sólo las conozco por referencias y, por lo tanto soy aún más consciente de la cantidad de títulos, artículos y trabajos que no he leído ni tendré tiempo de leer jamás, aunque me tocara la lotería. Estudiando el liberalismo veo que Popper escribe sobre Platón y me doy cuenta de que no sé nada de su obra, y eso que probablemente sea el filósofo más conocido de la Humanidad. ¿Pero no lo había estudiado en BUP? Y eso que yo soy del plan antiguo, prefiero ni pensar en las pobres víctimas de la LOGSE…

En este sentido, la imagen que tengo del conocimiento y del aprendizaje es la de una linterna que ilumina un círculo en una habitación completamente a oscuras. Podemos ver -conocemos- lo que está iluminado, mientras que ignoramos la zona a oscuras. Volviendo a hacer uso de las matemáticas de EGB, si asumimos que según aprendemos el radio del círculo de luz se hace más grande, el perímetro que delimita la zona oscura de la iluminada también crece pero en mayor proporción ( 2 x pi veces, para ser precisos).

Luego tenemos la demostración matemática de que el señor que citaba se equivocaba y Sócrates estaba en lo cierto. Y tan importante es acumular conocimiento y experiencia, como ser consciente de lo que no conocemos, tal y como advierte Hayek:

Aunque no podamos ver en la oscuridad, debemos ser capaces de trazar los límites de las áreas oscuras

Friedrich Hayek, Los Fundamentos de la Libertad

En cualquier caso, no por ser un tópico muy frecuente, no deja de merecer una reflexión el hecho de reconocer la limitación de uno mismo y de la imposibilidad de saberlo todo. Los grandes autores del liberalismo siempre mencionan esta actitud humilde frente a las capacidades de los individuos para alertarnos frente a los autoritarismos y totalitarismos que creen conocer todas las claves. Y ojo, porque no sólo en los gobiernos hay enemigos de la libertad. Como oía hace poco en una conferencia: “por las empresas anda mucho totalitario suelto”.

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8 thoughts on “Hoc unum scio, me nihil scire

  1. Cuando pienso en ese concepto, me imagino a mi mismo recorriendo un gigantesco laberinto, no sé porqué lo relaciono con el interior de una pirámide egipcia, en la que, con la luz de una débil linterna, voy descubriendo salas y más salas.
    De hecho sólo las voy ojeando, dándome cuenta que cada una de ellas esconde más y más secretos, y que no voy a poder conocerlas todas nunca.
    Y además pienso en las salas que todavía no han sido descubiertas, quizá detras de lo que parece un muro muy sólido.
    Saludos 😉

  2. ¡Buenísima analogía, Gabriel!. Me recuerda mucho a la biblioteca-laberinto del Nombre de la Rosa, a oscuras, con pasadizos laberínticos y sala ocultas que recorre el jóven Adso.
    Muchas gracias por tu comentario. He visitado tu blog y me ha encantado, enhorabuena. Lo añadiré a mi Netvibes, sin duda.
    Saludos,

  3. El personaje del avión ha leído poco, seguramente el libro que venía leyendo era el primero que leía.
    Como bien refleja tu estupenda analogía, cuanto más se sabe más larga es la frontera con lo que se desconoce, no puede ser de otra manera.
    El problema es cuando se le da poder a alguien muy ignorante (como precisamente por su ignorancia piensa que él lo sabe todo) difícilmente confiará en un colaborador que declare “sólo se que no se nada”.
    Más bien al contrario, confiará en personas que se muestren muy seguras de si mismas, y por ello tenderá a rodearse de gente aún más ignorantes que él mismo.
    Si el poder lo tiene alguien ignorante, pero no tanto como para caer en la trampa anterior, también contratará a gente más ignorante que él porque tendrá miedo de que le quiten el puesto o su parcela de poder.
    La única de solución es repartir el poder entre los mejores, pero …..

  4. Gracias por la interesante recomendación, César. La verdad es que comparto con Ricardo la técnica de escribir en el blog para comprender algo mejor. Ya lo he dicho varias veces, si de hecho ya uno aprende mientras escribe, cuando encima recoge comentarios comos los vuestros el aprendizaje se multiplica.
    Telémaco, no puedo sino estar de acuerdo contigo, aunque no me cabe en la cabeza que alguien realmente no quiera contar con gente en su equipo que sea brillante. Quizás mi incompresión se deba a que he tenido la suerte de nunca encontrarme con un jefe así en ninguno de mis trabajos. Lo que es cierto y he visto muy a menudo es que la humildad (de donde parte el reconocimiento de las propias limitaciones) no es un valor en alza entre el management de las empresas. Se estila más el ejecutivo que aparenta una gran seguridad en sí mismo y que nunca duda (y, por tanto, nunca consulta con su gente). Pero esto no es culpa de las empresas, ni tampoco creo que de los directivos exclusivamente, me parece a mí que es una dictadura más de la opinión. Porque al final, esta manera de pensar impregna todos los niveles de la empresa.
    Saludos,

  5. Por supuesto que no.
    El problema no es de las empresas, el problema es de la naturaleza humana.
    Usamos la razón y la lógica para analizar los problemas y las distintas opciones entre las que podemos optar.. pero después las decisiones son puramente emocionales. Muchas veces no nos damos cuenta de ello, porque después de tomar la decisión volvemos a usar la razón para “racionalizarla”.

  6. sin duda como Socrates mientras mas aprendo mas me doy cuenta de cuanto ignoro, o como reza el la frase yo solo se que no se nada=Hoc unum scio, me nihil scire

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