Mientras llega o no llega ese rescate que permitirá activar las compras de deuda soberana por parte del BCE pajo el paraguas de las OMT (Outright Monetary Transactions), la semana pasada hemos vuelto a tener Consejo Europeo (con su habitual minicumbre previa de algunos para preparar bien la reunión y hablar de España) en el que se ha abordado el tema de la unión bancaria. Unión en la que nuestro presidente Rajoy tiene puesta grandes esperanzas para paliar uno de sus principales problemas: el déficit desbocado por la crisis y sobre el rescate de los bancos.
Concretamente pensaba el Gobierno que Alemania iba a aceptar que se recapitalice a los bancos españoles directamente con fondos europeos sin pasar por la casilla de salida del déficit púbico de España. Pues bien, sobre este tema, y con un apunte a la visita de Nouriel Roubini a la Fundación Rafael del Pino, trata el artículo de este martes que os introduzco a continuación para quien quiera seguir leyéndolo tranquilamente en el sitio original en El Confidencial.
Imaginen un equipo ciclista en el que sus corredores tienen diferente capacidad y rendimiento en carrera, así como distintas aproximaciones a la disciplina de entrenamiento. El director del equipo, preocupado por que algunos de sus ciclistas se vengan abajo en mitad de la competición y perjudiquen a la puntuación del grupo completo, decide que han de sustituir sus bicicletas individuales por un tándem con el que realizarán el recorrido de la etapa todos a la vez. Así, piensa el director del equipo, si alguno sufre una pájara, los demás podrán seguir pedaleando mientras éste se recupera. ¿Creen ustedes que van a llegar muy lejos? Pues bien, algo parecido ocurre con la unión bancaria, de la que se viene hablando estos días.
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