Este martes tocaba de nuevo columna quincenal en mi blog de El Confidencial y se lo he dedicado a las huestes anti-austeridad y pro-despilfarro, que se han visto aleccionadas por el FMI tras la publicación de su informe sobre las previsiones para la economía global. En dicha publicación, la institución nacida de Breton-Woods, daba un cierto giro copernicano a su posición sobre la austeridad, replanteándose si esta no es verdaderamente contraproducente, como claman los amantes del estado grande.
Si queréis saber qué tienen que ver las dietas de adelgazamiento con las cigüeñas, el multiplicador fiscal, los francotiradores y la austeridad, os sugiero que leáis el post completo, que empieza así:
Imaginen que, como parte de una investigación científica, se realiza una encuesta a una muestra de la población en la que se hacen las siguientes preguntas a los sujetos entrevistados: (1) ¿Se encuentra usted actualmente siguiendo algún tipo de dieta? (2) ¿Cuál es su altura y peso actual? Una vez finalizado el trabajo de campo y analizadas las respuestas, los investigadores descubren que existe una importante correlación entre el índice de masa corporal, que mide el grado de sobrepeso, de los individuos encuestados y el hecho de que estos se encontraran o no a régimen. ¿Les parecería correcto inducir de estos resultados que estar a dieta engorda? Pues bien, algo parecido ocurre con la austeridad y el agravamiento de la crisis económica.
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