Aprovechando que la semana pasada se publicaron los últimos datos de la Balanza de Pagos por el Banco de España, que incluyen ya la información para el año 2012 completo, he dedicado el artículo de este martes al tema de la mejora del déficit por cuenta corriente por el que nuestros próceres están sacando pecho ya que, teóricamente, refleja una mejora de las ansiadas exportaciones. Lo cierto es que desde mi punto de vista, propaganda aparte, los resultados no parecen reflejar sino la situación de crisis que vivimos. Es cierto que hay cierto halo de esperanza, pero no es donde nos dicen sino en la cuenta financiera, de la que muy poca gente habla…
En todo caso, os dejo aquí el arranque del artículo, con el que espero captar vuestra atención sobre un tema tan poco sexy. Si lo he conseguido, os animo a seguir leyendo en la página original.
Imagínense que, preocupados por su salud y sus hábitos alimenticios, acuden a un médico especialista en nutrición. Probablemente, una de las primeras recomendaciones que el doctor les haría sería mantener un correcto balance entre las calorías ingeridas y las quemadas en su actividad cotidiana. Así, en función de cuál sea su situación, en un momento dado el doctor puede ofrecerles pautas dietéticas para equilibrar el consumo al gasto energético o bien prescribirles una dieta específica por un tiempo para compensar desequilibrios previos. Pero, como probablemente sepan, sólo con la información de las calorías no se puede conocer si su dieta es o no saludable, pues casi tan importante como el contenido energético de los alimentos es la composición de nutrientes. Pues bien, algo similar ocurre con el déficit por cuenta corriente y la balanza de pagos.
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