Al calor del debate sobre deflación sí / no, políticas inflacionistas, el límite cero de los tipos de interés y la conveniencia o no de fomentar la creación de burbujas me ha parecido oportuno dedicar el post de esta semana a explicar, siquiera someramente, una parte de la Teoría Austriaca del Ciclo Económico para desmitificar la bondad de los períodos expansivos que algunos quieren vendernos. Y para no destrozar mucho más el artículo (y porque tampoco tengo mucho tiempo…), paso inmediatamente a dejaros con los primeros párrafos y el enlace al sitio original para quien le haya despertado interés.
Imaginen por un instante que se encuentran ustedes en cualquiera de los peldaños de la escalera que les muestro en la imagen adjunta. Traten ahora de recorrerlas mentalmente en sentido ascendente. Cuando hayan dado una vuelta completa, descubrirán con sorpresa que se encuentran de en el punto de partida, pese a que, imaginariamente, no han dejado de subir escalones en ningún momento. ¿Cómo es esto posible? Si son aficionados a las ilusiones ópticas, probablemente habrán reconocido las escaleras imposibles o infinitas, también denominadas de Penrose, por el apellido de los matemáticos –padre e hijo– que las describieron por primera vez a finales de los años 50.
Si se fijan, el dibujo juega con la representación de la perspectiva para engañarles en su percepción, pues hace aparentemente plausible un objeto que en la realidad es imposible de construir. Pues bien, algo similar ocurre en la economía con las burbujas inducidas por las políticas de expansión monetaria y crediticia sin respaldo en el ahorro real: nos hacen creer que estamos subiendo cuando en realidad no hacemos sino descender a lo más profundo de una recesión.
Texto completo aquí.
Bonus multimedia: he descubierto que en la película Inception (que no he visto y, por tanto, no puedo recomendar) aparecen las escaleras de Penrose. Dejo el video: